Ética Dudosa.

Pude ver en tu mirada que detrás no había nada.

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No suele, no le gusta mortificarse por los demás, pero aquello rebasó demasiados sus límites con lo que podría o no preocupar a sus fieles. Estaba allí, vociferando con aquella cosa espectral sin nombre al cual poder referirse sin dudar ni una sola maldita vez.

Se estaba empezando a ir todo al carajo, que sin pruebas o bases exactas todo se derrumbó en segundos. Por unos segundos, un descuido mínimo con aquella cercanía que sin darme cuenta no me quemaba o aquello pensaba, aquel roce mortal de mis labios con los suyos hicieron de mí un desastre interno, sentí como nunca antes un dolor interno que superaba con fuerzas mis pensamientos más repulsivos con la cero naturalidad humana que tengo sobre mis acciones.

La oscuridad se comenzaba a sentar en mí, no supe qué hacer, me veía rodeado de un mar negro, a lo mejor era la forma de mi mente en recalcar me todo lo mal que estaba, pero que poco o nada lograba notar con todos mis sentidos, algo dentro de mi pecho se detuvo eso que nunca pensé que tendría alguna otra función más que la de bombear mi sangre, era la verdadera sensación de no sentir nada, pero tener un descontrol por completo allá arriba en mi cabeza.

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Entre toda esa maldita oscuridad, la luz de una vela consumida más de la mitad me daba esa indicación implícita de ir tras ella, pero qué sin darme cuenta me atrapó en un pasillo infinito, en el que con cuadros pequeños veía cosas del pasado. Eran personas, cosas que yo juraba haber olvidado, pero que ahí seguían dando vueltas por aquel pasillo infinito sin darme escapatoria.

Despertándome otra vez, en una cama de lana, aquel olor familiar de una casa, el cántico de una abuela preparando el desayuno y ahí estaba alguien observándome con una mirada gélida. No presentaba un peligro, estaba sentado con una pierna cruzada, parecía estar uniformado, sus manos se veían ocupadas con algo y un fuerte olor a sangre, aquel característico olor metálico parecía estallar en mis fósas nasales con gran intensidad, pero que al mismo tiempo desaparecía con aquella figura, hasta incluso su mueble.

De repente, por un pasillo que su mente comenzaba a dibujar de nuevo, el sonido de unas botas trotar en la madera, se detenían al frente de la puerta semi-abierta, la cual dibujaba por completo la figura de aquel ser, quién extrañamente era pequeño, como alguien que solía conocer hace mucho tiempo atrás, traía un overoll o eso presumía, sus manos parecían estar cerradas con histeria, y aquel par de ojos grisáceos con verde revoleado se hacían notar con lágrimas, con una mueca de tristeza con desesperación... Era yo mismo.

Y sin darme cuenta yo me había convertido en ese pequeño niño frustrado, no sabía bien el qué, quizás el agonizante miedo de vivir con un vampiro, hablando de nombres Antonov, aquel ser lleno de misterio que cada vez que lo veía me llenaba de dudas, de ahí nació mi "competencia" con ese malnacido. Decían que era mi padre, tenía varios de sus razgos cómo él de los míos.

Quizás haber muerto me hizo pensar de muchas cosas, pero estaba ese vacío en mi mente como un agujero negro, algo no estaba bien y no recordaba el qué.

¿Acaso mis dudas eran ciertas?
¿Antonov no es mi padre?

Cuando supe de su hibridez no me dejó de otras que investigar la misma a fondo, teniendo en cuenta que eran seres superiores en fuerza y velocidad. Pero tales seres enigmáticos eran fáciles de predecir con saberse todas sus artimañas.

Eran mis dudas quiénes me hacían la persona que soy hoy en día, un maldito hijo de perra que no le va a temer a unos seres cuyas cualidades los salvan de peligros inminentes, y es por eso que yo me volveré el peligro número uno de esos seres.

Siendo mis primeras victimas los vampiros.

Ya no tenía porqué temerle a esos enclenques, todas las veces que me he topado con ellos han sido "personas" dóciles, pero era por mi expediente que no les convenía encararme. No había ni una sola pelea registrada en la que salía perdiendo, a pesar de ser peleas contra más de tres personas, sin el uso de la fuerza más que de mi propia habilidad para el combate gracias a... Antonov.

Por él quizás soy cómo soy también, pero con el pasar del tiempo sus miradas tenebrosas dejaron de ser un problema para mí, algunas veces pasaban desapercibidas, otras veces me infundían demasiado odio, tanto que me recargaba con tanta fuerza en la que muchas veces terminábamos cansados por mi parte al esquivarle tanto, y por la suya de no saber cómo atraparme siendo él más rápido.


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Luego desperté, ¿reviví entre los muertos? No lo sé.

Antonov más que nadie me quería ver triunfar, pero algo dentro de mí me creó un conflicto de forma interna, ¿Por qué mierdas me quiere hacer cómo él? ¿Acaso hay algo más? Es irónico hasta cierto punto, quizás soy un experimento de qué tan ágil puede llegar ser el ser humano, o que tanto el ser humano puede sobre poner por encima sus instintos de supervivencia por dejar a un lado sus propios límites físicos y mentales.

Era sometido constantemente con dietas de vacaciones e incluso dentro de Hogwarts. Amarraba a mis cuatro extremidades, brazos y piernas mancuernas que ciertamente los primeros días de su uso harían imposible el caminar, pero con el pasar del tiempo las mismas parecían convertirse en una extensión de Andrea, a pesar de ser grande, era veloz en cuanto golpear y esquivar golpes u hechizos le conciernen, cada que podía combatir contra Antonov trataba de sobrepasar la línea de sus propios limites cómo un animal que buscaba prevalecer por encima de su depredador. Es decir, en pocas palabras, los vampiros.


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Algo dentro de mí cambió desde ese entonces, desde antes de ir a Hogwarts nuevamente. Sintió esa extraña sensación de rabia mutar en otra cosa más, era un desprecio increíble a los Vampiros y derivados a los mismos, los veía como una plaga y qué por una estúpida trató de negar todo este tiempo cómo algo que no debería por qué pasar, se sentía muy tenso ultimamente, era viernes.

Rondaba cómo cualquier día por el interior del castillo, sin nada raro al parecer, pero ahí iba de nuevo ese extraño pensamiento. El haber muerto por esa dama de fuego le dejó secuelas qué parecían de cierta forma desvivir varias actitudes precavidas de un ser humano, naciendo otras. Era una especie de ver todo en cámara lenta a mi antojo y voluntad, no era algún tipo de alteración en el tiempo, simplemente fue tanta la agilidad que mis sentidos se agudizaban de cierta forma, que me harían un cambio de visión a una más amplia, siendo periférica.

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- Nombre ON / OFF : Andrea Di Giaccomo. | Kwertz.
- Permisos de personaje ; N/A

- Intenciones de la historia.
Con la pasiva de "Doberman." ganar el +1, a su vez adjuntando el cambio de tamaño de Andrea, midiendo ahora los 1.93/95 metros de altura. Cómo también ganar agilidad al moverse para esquivar, desplazar contacto enemigo sin necesidad de tirar roleo ( Estoy dispuesto a seguir subiendo tramas, historias para ganarme dicha "habilidad." en ésta pasiva. )

Mutar la pasiva "Impoluto, uncanny valley." a un nuevo nombre llamado "Blade." Si anteriormente causaba extrañeza e incomodidad por sus actitudes remarcadas con disciplina bajo los cuidados de Antonov, ahora infundían terror, algo no iba bien y eran su par de ojos, los cuales parecían perder el brillo después de su muerte y posterior resucitar. Llegando incluso atormentar hasta aquellos semi-vampiros con su mirada apagada. Ahora su voz también parecía intimidar de igual modo que su apariencia tan perfecta, siendo la misma capaz de retumbar en la mente de aquellos que intenten alegar contra él. Utilizándola de igual modo para mitigar la pasiva de los semivampiros "Estigma nocturo."

Despertar su interés por la investigación de dichos seres, buscando algún tipo de de desventaja, teniendo en cuenta las primordiales como el sol, ajo y la sangre. Todo eso por vivir con uno Antonov.

- links importantes.
tell'em the truth.* Dicha trama servirá para promover aún más el cómo Andrea mediante su voz puede dejar a más de uno sin palabras, o dudando de ellos mismos.

Diari di un machiavellico. Por dicho escrito se sigue promoviendo la relación turbulenta de Andrea con Antonov. Primera fase física de Andrea. Cómo también del vivir con un semivampiro.

La distruzione di due sfere. giaccomo. Con dicha trama mitigar por completo la pasiva de "Estigma Nocturno." De los semivampiros. Al igual para dar entender del por qué Andrea pierde el miedo por completo de los semivampiros y derivados.

☾ smells like teen spirit Acompletar las tramas de la segunda fase física de Andrea, que le hacían falta a Doberman para ganarse el +1 de las fases físicas de Andrea.

Qui totum vult, totum perdit.

Yo haré mi propio camino...

En los muebles de mi habitación, sentado con las maletas acompañándome en los talones, estaría combatiendo el sueño de una u otra forma. De momentos veía el reloj regalado por Heather, el mismo no parecía brillar, o no estaría lo suficientemente ánimado como para recordar algo bueno en mi vida ( Por un rato. ) Solo anhelaba lo más que podía viajar, irme de ese lugar, que las horas pasarán rápido. Solo por aquel sitio al que me pronosticaba ir podría encontrar la paz de mi ser.

Esperé con calma a que todos en la casa de los Giaccomo se quedasen dormidos para poder salir, quizás engañando a los encargados y mayórdomos, de todas formas solía escaparme de madrugada y aquellos seres no siempre tenían la dicha de devolverme más de una palabra. Quise expresar algún sentimiento de extrañeza un poco fuerte, pero no salía, simplemente no era tanto el tiempo que estaré por fuera de casa y de Hogsmeade.

Y aunque quisiera estar alejado lo más posible de todo, fui recorriendo la acera en silencio hacia una estación de Tren, pagando cómo es debido el ticket a unos de los vagones más cómodo, y qué de ser posible, estar solo para pensar. Abordándolo me fui acomodando en mi asiento designado por el ticketero, leía la botela de viaje, preparaba un café expreso en las mesas de mi frente en aquel cubículo exclusivo. La luz poco a poco fue alumbrando la ventana, el paisaje era hermoso, tanto que no me importaba quedar ciego por la luz, si eso sería lo último que vería en vida no era tan mala la idea.

En algún momento del trayecto en tren indeterminadamente quedaría dormido. Cediendo ante el baúl de mis recuerdos con ocurrencias y pensamientos erráticos, que por lo mismo seimpre me terminaban por despertar en medio de las noches y madrugadas, quizás por eso mi mirada todo el tiempo parece estar cansada.

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Desperté por el chirrido del tren deteniéndose en medio de la nada, en una parada de Tren un tanto singular a las afueras de Hogsmeade, por el medio de unas montañas pintorescas refrescada del verde y su ambiente húmedo por la lluvía y la gran nubosidad. Cuando descendí el mismo me di un enorme respiro por la tierra recién mojada por la lluvía torrencial de la madrugada que hasta el momento me daría de cuenta que hubo.

Aquello no duró mucho, tenía que volver a caminar de aquella estación de Tren, mi camino fue solamente acompañado por la grava de mis píes que me llevarían hacia el interior de un bosque, que poco a poco fue siendo oscurecido por sus árboles tan unidos y la repentina nubosidad negra con pequeñas gotas que iban colándose entre los árboles hasta fallecer sobre mi pelo ligeramente canoso. A pesar de que el ambiente parecía ser deprimente, sonreía por gusto y la cómodidad que estaría comenzando a experimentar con todo el cambio climático, acercándome cada vez más y más hacia mi destino que se fue manifestando en mi lecho de calma con unas vallas blancas que parecían perderse de mi vista por la extensión tan grande del terreno delimitado de mis abuelos.

Desde ahí, el camino largo a mi casa era una sensación tan extraña de querer llorar con felicidad arruinando mi pecho y la "Estabilidad." Que con el tiempo fui desarrollando, un collar de mi pecho regalado por ellos era lo único que comenzaría alumbrar mi camino hacia casa. Mis botas negras al igual que toda mi vestimenta desde las botas del pantalón se fueron manchando de un color más oscuro por el agua que cada vez más y más caía con fuerza, ni siquiera recordé haber empacado algún sombrero o sombrilla.

Pero por alguna extraña razón eso era una sensación que no tendría ni para qué explicar con palabras. Mi lugar seguro era éste sin duda alguna. Mi paso fue cada vez más marcado y pesado con las botas negras de un color marrón por el barro que fue pisando por el largo camino a casa.

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Adentrándome ya casi al porche fui bienvenido por los látidos de un perro Basset Hound viejo, yendo a reconocer quién carajos era el sujeto de vestimentas negras parecido al dueño del mismo con maletas en ambos lados de su cuerpo. No me asustaría por el mismo, es más, lo llamé por su nombre para arruinar la sorpresa de haber llegado a casa nuevamente. — ¡Eh Sasso, sentado! Me latió un par de veces más aquel perro que me miraría con algo de curiosidad con esa expresión tan graciosa que me daba gracia de solo verlo.

En aquel sitio no era necesario hablar el Inglés. Solo tendría que expresarme en mi lengua natal, el Italiano. — Mi pequeño Sasso. Le hablaba como si ese perro me fuera a entender de una u otra forma, diciéndole en diminutivos tiernos lo lindo que era a pesar de estar tan viejo y arrugado. — De seguro a Rhys le encantaría verte. Palmeé la cabeza del perro un par de veces, jalándolo ligeramente de las orejas tan grandes para posteriormente comenzar a ingresar por aquel porche al interior de esa cálida casa con olores de lo más familiares y gustosos para mí, exclamando de una forma alegre que ni mis amigos más íntimos pudieron haber escuchado de mí. — ¡Abuelos, ya llegué! Una pequeña señora blanca y de lo más canosa con un vestido floreado fue la que más gritó al verme de píe en la entrada de su casa, posteriormente acercándose con gatos entre las piernas hacia mí para abrazarme, cediendo simplemente ante aquella sensación maternal que me dejaba derretido de una u otra forma con aquella, seguidamente sintiendo un par de brazos más en un costado de mi cuerpo con el cuerpo de mi abuela. Se trataba de aquel señor que me enseñó todo lo que sé en mis quince años de edad, nada más ni nada menos que mi abuelo Rómulo.

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Luego de aquel encuentro tan dulce que me provocaría una especie de diábetes, opté por dejar mis maletas, sabia que esos viejos las guardarían e inclusive rebuscarían en aquellas cosas, solo logré tomar de las maletas mi cámara, quería enviarles a mis amigos mis "pequeñas vacaciones." En mi lugar seguro, fui caminando, dejando colgar por una bandolera pequeña la cámara sobre mi cuello y pecho, estaría yendo hacia el cuarto de un par de tortolitos que no veía desde que tenían 6 años, fui ingresándome en aquel cuarto en silencio, notaría a ambos bien dormidos, por alguna razón aquel sentimiento fraternal que me salía con Drake, crecía por montones al verlos a ellos.

— Hola, pequeñitos. Fue lo único que logré comentar en un pequeño susurro casi mudo, estarían durmiendo de una forma pesada, no quería perturbarles tanto el sueño, solo me senté en la orilla de aquella cama tan cómoda y cálida, para simplemente depositarles un beso a cada uno en sus mejillas de forma suave, acomodándoles de nuevo a ambos por iguales sus respectivas sábanas con las que pasaban el frío de la lluvia.

El sueño por haber estado casi todo el día caminando me invadió por completo en aquel momento que me senté en sus camas, me levantaría de la cama nuevamente, anduve por los pasillos de aquella casa para ir hacia lo que antes era mi cuarto, abrí la puerta, todo estaba cómo lo dejé anteriormente, mis maletas estarían ordenadas en un lado de la misma y Sasso durmiendo en la parte superior de mi cama con las almohadas. No pude resistirme más, verlo a él dormido me daba envidia y un ataque de ternura tan fuerte que solo me acosté tirándome a la cama, quitándome los zapatos con los talones, acomodándome con Sasso, reconciliando el sueño cómo nunca antes lo habría hecho. Todo lo que quería en aquel momento era no despertarme más y solo disfrutar aquellos días en paz.

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- Nombre ON / OFF : Andrea Di Giaccomo. | Kwertz.
- Permisos de personaje ; Ma'belle Di Giaccomo | Lirya | Matteo Di Giaccomo | Comdata. ( Pruebas adjuntas al final. )
- Intención de la historia ;

- Integrar a ambos para el registro de la familia Di Giaccomo por parte del Patriarca ( Mi persona. ) Andrea.

- Quisiera a su vez tener una pasiva que me haga desarrollar un afecto fraternal/paternal por los hermanos de Andrea, pudiendo así sentir si éstos están mal, en peligro. O si están cerca de mi personaje a cierta distancia de bloques. Manifestándose con palpitaciones breves en el corazón de Andrea. ( A desarrollar. ) De nombre llevaría ; Manía Cardíaca.

- Poder darle el apellido a Ma'belle y a Matteo de manera válida por los registros.

permisos: PRUEBAS AQUÍ.

Qui totum vult, totum perdit.

Yo haré mi propio camino...

En los muebles de mi habitación, sentado con las maletas acompañándome en los talones, estaría combatiendo el sueño de una u otra forma. De momentos veía el reloj regalado por Heather, el mismo no parecía brillar, o no estaría lo suficientemente ánimado como para recordar algo bueno en mi vida ( Por un rato. ) Solo anhelaba lo más que podía viajar, irme de ese lugar, que las horas pasarán rápido. Solo por aquel sitio al que me pronosticaba ir podría encontrar la paz de mi ser.

Esperé con calma a que todos en la casa de los Giaccomo se quedasen dormidos para poder salir, quizás engañando a los encargados y mayórdomos, de todas formas solía escaparme de madrugada y aquellos seres no siempre tenían la dicha de devolverme más de una palabra. Quise expresar algún sentimiento de extrañeza un poco fuerte, pero no salía, simplemente no era tanto el tiempo que estaré por fuera de casa y de Hogsmeade.

Y aunque quisiera estar alejado lo más posible de todo, fui recorriendo la acera en silencio hacia una estación de Tren, pagando cómo es debido el ticket a unos de los vagones más cómodo, y qué de ser posible, estar solo para pensar. Abordándolo me fui acomodando en mi asiento designado por el ticketero, leía la botela de viaje, preparaba un café expreso en las mesas de mi frente en aquel cubículo exclusivo. La luz poco a poco fue alumbrando la ventana, el paisaje era hermoso, tanto que no me importaba quedar ciego por la luz, si eso sería lo último que vería en vida no era tan mala la idea.

En algún momento del trayecto en tren indeterminadamente quedaría dormido. Cediendo ante el baúl de mis recuerdos con ocurrencias y pensamientos erráticos, que por lo mismo seimpre me terminaban por despertar en medio de las noches y madrugadas, quizás por eso mi mirada todo el tiempo parece estar cansada.

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Desperté por el chirrido del tren deteniéndose en medio de la nada, en una parada de Tren un tanto singular a las afueras de Hogsmeade, por el medio de unas montañas pintorescas refrescada del verde y su ambiente húmedo por la lluvía y la gran nubosidad. Cuando descendí el mismo me di un enorme respiro por la tierra recién mojada por la lluvía torrencial de la madrugada que hasta el momento me daría de cuenta que hubo.

Aquello no duró mucho, tenía que volver a caminar de aquella estación de Tren, mi camino fue solamente acompañado por la grava de mis píes que me llevarían hacia el interior de un bosque, que poco a poco fue siendo oscurecido por sus árboles tan unidos y la repentina nubosidad negra con pequeñas gotas que iban colándose entre los árboles hasta fallecer sobre mi pelo ligeramente canoso. A pesar de que el ambiente parecía ser deprimente, sonreía por gusto y la cómodidad que estaría comenzando a experimentar con todo el cambio climático, acercándome cada vez más y más hacia mi destino que se fue manifestando en mi lecho de calma con unas vallas blancas que parecían perderse de mi vista por la extensión tan grande del terreno delimitado de mis abuelos.

Desde ahí, el camino largo a mi casa era una sensación tan extraña de querer llorar con felicidad arruinando mi pecho y la "Estabilidad." Que con el tiempo fui desarrollando, un collar de mi pecho regalado por ellos era lo único que comenzaría alumbrar mi camino hacia casa. Mis botas negras al igual que toda mi vestimenta desde las botas del pantalón se fueron manchando de un color más oscuro por el agua que cada vez más y más caía con fuerza, ni siquiera recordé haber empacado algún sombrero o sombrilla.

Pero por alguna extraña razón eso era una sensación que no tendría ni para qué explicar con palabras. Mi lugar seguro era éste sin duda alguna. Mi paso fue cada vez más marcado y pesado con las botas negras de un color marrón por el barro que fue pisando por el largo camino a casa.

▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬▬▬

Adentrándome ya casi al porche fui bienvenido por los látidos de un perro Basset Hound viejo, yendo a reconocer quién carajos era el sujeto de vestimentas negras parecido al dueño del mismo con maletas en ambos lados de su cuerpo. No me asustaría por el mismo, es más, lo llamé por su nombre para arruinar la sorpresa de haber llegado a casa nuevamente. — ¡Eh Sasso, sentado! Me latió un par de veces más aquel perro que me miraría con algo de curiosidad con esa expresión tan graciosa que me daba gracia de solo verlo.

En aquel sitio no era necesario hablar el Inglés. Solo tendría que expresarme en mi lengua natal, el Italiano. — Mi pequeño Sasso. Le hablaba como si ese perro me fuera a entender de una u otra forma, diciéndole en diminutivos tiernos lo lindo que era a pesar de estar tan viejo y arrugado. — De seguro a Rhys le encantaría verte. Palmeé la cabeza del perro un par de veces, jalándolo ligeramente de las orejas tan grandes para posteriormente comenzar a ingresar por aquel porche al interior de esa cálida casa con olores de lo más familiares y gustosos para mí, exclamando de una forma alegre que ni mis amigos más íntimos pudieron haber escuchado de mí. — ¡Abuelos, ya llegué! Una pequeña señora blanca y de lo más canosa con un vestido floreado fue la que más gritó al verme de píe en la entrada de su casa, posteriormente acercándose con gatos entre las piernas hacia mí para abrazarme, cediendo simplemente ante aquella sensación maternal que me dejaba derretido de una u otra forma con aquella, seguidamente sintiendo un par de brazos más en un costado de mi cuerpo con el cuerpo de mi abuela. Se trataba de aquel señor que me enseñó todo lo que sé en mis quince años de edad, nada más ni nada menos que mi abuelo Rómulo.

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Luego de aquel encuentro tan dulce que me provocaría una especie de diábetes, opté por dejar mis maletas, sabia que esos viejos las guardarían e inclusive rebuscarían en aquellas cosas, solo logré tomar de las maletas mi cámara, quería enviarles a mis amigos mis "pequeñas vacaciones." En mi lugar seguro, fui caminando, dejando colgar por una bandolera pequeña la cámara sobre mi cuello y pecho, estaría yendo hacia el cuarto de un par de tortolitos que no veía desde que tenían 6 años, fui ingresándome en aquel cuarto en silencio, notaría a ambos bien dormidos, por alguna razón aquel sentimiento fraternal que me salía con Drake, crecía por montones al verlos a ellos.

— Hola, pequeñitos. Fue lo único que logré comentar en un pequeño susurro casi mudo, estarían durmiendo de una forma pesada, no quería perturbarles tanto el sueño, solo me senté en la orilla de aquella cama tan cómoda y cálida, para simplemente depositarles un beso a cada uno en sus mejillas de forma suave, acomodándoles de nuevo a ambos por iguales sus respectivas sábanas con las que pasaban el frío de la lluvia.

El sueño por haber estado casi todo el día caminando me invadió por completo en aquel momento que me senté en sus camas, me levantaría de la cama nuevamente, anduve por los pasillos de aquella casa para ir hacia lo que antes era mi cuarto, abrí la puerta, todo estaba cómo lo dejé anteriormente, mis maletas estarían ordenadas en un lado de la misma y Sasso durmiendo en la parte superior de mi cama con las almohadas. No pude resistirme más, verlo a él dormido me daba envidia y un ataque de ternura tan fuerte que solo me acosté tirándome a la cama, quitándome los zapatos con los talones, acomodándome con Sasso, reconciliando el sueño cómo nunca antes lo habría hecho. Todo lo que quería en aquel momento era no despertarme más y solo disfrutar aquellos días en paz.

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- Nombre ON / OFF : Andrea Di Giaccomo. | Kwertz.
- Permisos de personaje ; Ma'belle Di Giaccomo | Lirya. ( Pruebas adjuntas al final. )
- Intención de la historia ; Por esta trama hecha y escrita por mi persona manifiesto el poder dar paso hacia el próximo integrante de la familia Di Giaccomo, la hermana menor de Andrea, Ma'belle Evangeline Di Giaccomo y Matteo Di Giaccomo.

- Quisiera a su vez tener una pasiva que me haga desarrollar un afecto fraternal/paternal por los hermanos de Andrea, pudiendo así sentir si éstos están mal o si están cerca de mi personaje a cierta distancia de bloques.

- Poder darle el apellido a Ma'belle de manera válida por los registros.

Palabras ; 1311