— 🐍₊˚ bitácora de una hablante de pársel; Vaabi

historia

La vida con un pasado desconocido suele ser complicada, pero Bonnette aprendió a vivir con ello. Esto le permitió crear innumerables historias sobre su origen, raíces o ancestros, especialmente porque era una apasionada de los cuentos de fantasía y disfrutaba plasmar su creatividad en ellos. A pesar de todo, en un principio y en ninguna de las historias imaginadas, nunca consideró la posibilidad de que una habilidad genética pudiera estar presente en su vida, hasta que tuvo que enfrentar la cruda realidad.

Hace algunos años, Bonnie fue dejada con apenas meses de vida en una casa hogar en el Reino Unido. Prontamente fue acogida por una pareja que aseguró todas las facilidades y comodidades posibles. Vivir su infancia rodeada del amor de padres primerizos fue reconfortante, aunque siempre estuvo sumida en la ignorancia acerca de su adopción, hasta alcanzar la mayoría de edad.

Sin embargo, lo misterioso de su historia no era precisamente un cuento de hadas. Se revela que sus padres biológicos eran afines a las artes oscuras, pero no por deseo de causar daño, sino con el fin de comprenderlas y utilizarlas para generar soluciones como antídotos, contrahechizos y protecciones. Su padre se formó en Durmstrang y su madre en Hogwarts, y se conocieron en reuniones secretas que ocultaban los linajes hablantes de pársel por el miedo a ser descubiertos y atacados. Esta organización oculta tenía como lema o código "Protection from the darkness".

En una de estas reuniones, las familias sufrieron una emboscada brutal, donde magos oscuros atacaron y torturaron a la mayoría de los presentes sin importar si eran niños o mujeres. Aunque varios de los perpetradores fueron atrapados por las autoridades mágicas, la identidad de los hablantes de pársel también quedó expuesta. Desde ese fatídico día, los ataques y las amenazas contra ellos no cesaron.

Años después, una pareja de amantes, portadores de la habilidad del pársel, se ve acosada por magos radicales en un bosque sombrío. Corren desesperados temiendo por sus vidas y la de su futuro hijo. A pocos meses de dar a luz, deciden abandonar a la infante en la puerta de una casa hogar en una noche oscura y tormentosa.

Envuelta en el llanto de sus padres biológicos, quienes ocultaban su presencia con túnicas oscuras y capuchas largas, Bonnie fue acogida por una nueva familia, ajena a su verdadero legado. A pesar de haberla dejado físicamente, sus padres biológicos la siguen protegiendo desde la lejanía, vigilando su crecimiento y asegurándose de que esté a salvo.

Hasta el momento, la británica desconoce su pasado biológico y la verdad sobre su herencia genética del pársel. Sin embargo, la presencia amorosa y protectora de sus padres biológicos se manifiesta de manera sutil en su vida, guiándola y protegiéndola en la distancia, mientras ella continúa su camino en busca de respuestas y su lugar en el mundo mágico.

De algo que sí conoce, fue su primera interacción con una serpiente. En ese entonces, aunque pensaba que era una alucinación, no fue hasta que procesó su habilidad que comprendió todo lo que sucedió ese día. Mientras exploraba el bosque, la pequeña rubia se sumergió en la naturaleza durante sus vacaciones de verano, sin un plan definido más que encontrar criaturas interesantes. Mientras recorría el área, descubrió una piel de serpiente y, emocionada por la posibilidad de hacer un nuevo amigo, siguió la pista hasta encontrarse con una serpiente café.

— ¡Me llamo Bonnie, seremos amiguitos! — Chapoteó en el lodo, irradiando felicidad de que su búsqueda fuese un éxito, ahora podría visitar siempre a su amiga serpiente.

— Un gussssto conocerte — expresó el reptil, dejando a Bonnie perpleja por el inesperado intercambio. Aunque confundida, en ningún momento sintió miedo, sino una gran alegría por encontrar a su nueva compañera.

"¿Toqué alguna planta venenosa?" pensó, confundida por el inusual encuentro. La serpiente se despide con un — Adióssss, nossss vemossss — y sigue su camino sin esperar respuesta. Ella se encuentra confundida, pero su alegría no se ve empañada. Con una sonrisa, se despide moviendo su manita antes de regresar al bosque, asegurándose de no tocar ninguna vegetación para evitar malentendidos.

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