🎬 ⸻ days of future past.

Despertó abruptamente, con el corazón acelerado y sudando en frío. Las imágenes de la visión que tuvo al tocar a Aspen atormentaban sus sueños casi tanto como plagaban sus pensamientos.

Había aprendido a mantenerse callada cuando despertaba de esa forma, en las ocasiones en las que despertó gritando su compañero de piso y mejor amigo, Terrence, había llegado preocupadamente. Maisie no quería molestarlo, no le sabía explicar lo que ocurría porque no se lo sabía explicar ella misma.

Sabía que tenía que investigar al respecto, aquella libreta en la que plasmaba todo lo que le parecía inexplicable sobre su “situación”, usaba situación por falta de una mejor palabra porque era tan esporádico que Gaunt genuinamente no entendía si había algo más allá o si simple y sencillamente estaba perdiendo la cabeza.

Una vez la temperatura de su cuerpo coincidió con la de su habitación, Maisie tomó fuerzas para ir al baño; quizás una ducha reparadora podía serle de algún tipo de ayuda.

No había suficiente jabón en el mundo que le ayudara a deshacerse de la sensación de que sabía algo al respecto de lo que vió. Esas imágenes eran tan extrañamente familiares que era tortuoso no saber de dónde provenían, cómo tener una palabra en la punta de la lengua y no encontrarla por más que rebusques en tu cerebro.

Su día siguió como de habitual, escondiendo los hábitos ansiosos que había tomado en los recientes años: el jugueteo constante con sus dedos, las pequeñas y sutiles mordidas propinadas al interior de su boca. Cosas que no llamaban la atención pero de las que Gaunt era hiperconsciente.

Todo hasta que el reloj dió con la 1:45 p.m y el caos arrasó la oficina: “Estados Unidos sufrió un ataque terrorista”. Algo dentro de Maisie hizo clic.

El viaje a Estados Unidos fue rápido, el traslador estaba listo y si bien aún no sabían cuál era el plan exactamente, sabían que debían ayudar. En cuanto llegaron y vieron las torres… Maisie sabía que era un absoluto desastre. De hecho tuvieron que salir corriendo eventualmente a causa del derrumbe, los escombros volaban de un lado a otro y la estabilidad de las estructuras peligraba.

Así pasaron los días, semanas que estuvieron en Estados Unidos. Investigaciones, ayudar con las víctimas, esperar instrucciones del MACUSA. Ciertamente estaban ajetreados, pero había pequeños momentos de calma, usualmente cuando estaban precisamente a la espera de órdenes, era raro no tener jurisdicción en el territorio, pero no importaba, estaban ahí para ayudar.

Aunque Maisie mentiría si dijera que sólo estaba ahí para eso, no, el ataque precisamente y su localización había despertado algo dentro de Gaunt que su insaciable curiosidad no le permitía ignorar. En cuanto tuvo la oportunidad, realizó una leve escapada a la Biblioteca Mágica de Estados Unidos; la más grande del país. Se acercó hasta la Bibliotecaria con su placa de Aurora.

— Buenas tardes. Estoy en búsqueda de artículos o investigaciones sobre ataques… - Omitió la palabra, era consciente de lo sensible que estaban los americanos a ella. — En las últimas dos décadas, es para investigar. - Con eso aludió a su placa de Aurora, seguramente podría haberlo preguntado sin necesidad de ella pero no quería parecer insensible a la situación.

La bibliotecaria acompañó a la francesa hasta la sección donde archivaban un sinfín de ediciones antiguas del “New York Ghost” junto a un par de periódicos de renombre más. Una vez le había ayudado a filtrar exactamente lo que buscaba, Maisie se sumergió en un sinfín de artículos. Nada nuevo para ella, detectar información a simple vista se le daba bien, sobre todo cuando se trataba de periódicos.

Su método de búsqueda prácticamente automatizado continúa hasta que algo hace que deje de pasar entre periódicos: Agosto, 1979 “Magicongresistas Julius y Barbara Goldstein fallecen en atentado”. Bingo.

A medida que leía sobre la noticia las imágenes de su visión se hacían cada vez más entendibles. Había visto las figuras de Julius y Bárbara, había visto una pequeña Aspen presenciar todo eso. Los magos oscuros, los destellos de luz verde: la maldición imperdonable había sido utilizada indiscriminadamente en la ocasión.

Maisie frunció el ceño mientras leía el artículo y lo conectaba en su mente con lo que vió ese día… Y no, no determinó que no había sido precisamente un recuerdo lo que vió. No podía llegar a serlo, habían cosas que seguramente la pequeña Aspen no vió en ese momento que Maisie había logrado ver. Además no tenía ningún tipo de sentido que hubiera accedido a un recuerdo ajeno.

Lo que terminaba de delatar para Maisie que lo que había visto iba más allá era el conocido escalofrío que recorrió su cuerpo el momento en el que empezó a leer el artículo. Era la misma horrible y agobiadora sensación que invadía su cuerpo cuando tenía un déjà vu.

No tener las respuestas a algo era completamente inaceptable para Maisie, era parte de su personalidad. Su insaciable curiosidad mezclada con lo absurdamente testaruda que era creaba un mix que la empujaba a hacer lo que fuera para obtener las respuestas que tanto ansiaba.

Eso era, claro, hasta que un demente decidió poner su nombre en una hit list.

La ansiedad que estaba experimentando Maisie alcanzaba límites más allá de lo que era normal y con eso llegó otra sensación: paranoia. El no tan irracional temor que sentía por toda la situación le parecía penoso; siempre había sido una chica valiente, pero algo sobre la lista y lo en serio que iba la aterrorizaba de forma genuina.

Un conflicto interno por primera vez en mucho tiempo se asentó en ella: ¿saciar su curiosidad sobre el motivo por el que estaba en la lista o estar tranquila y mantenerse al margen de la situación? Podía intentar lo segundo, y lo hizo, lo hizo hasta que no pudo más porque la incógnita la estaba carcomiendo.

Parecía vergonzoso que unos críos hayan hecho más que ella investigando la motivación y el autor de aquella lista, pero Gaunt lo tomaría, por lo menos no estaba sola en pasar vergüenza, tenía a cierta rubia y a Terrence cerca.

El motivo lució en la confrontación final, el hombre denominado como “el Vidente” estaba detrás de todos porque poseían algún tipo de hibridez, habilidad o condición. Cosa que no le hacía sentido a Gaunt: ella no era especial, ¿verdad?

( . . . )

Posteriormente al enfrentamiento, después de lo que parecía una eternidad, Maisie volvió a ver a Aspen.

Y por primera vez en mucho tiempo sintió miedo de verla. No por la americana como tal, ni siquiera su el estúpido e inexplicable control que tenía sobre ella la asutaba en ese momento, no. Aquella sensación la frustraba profundamente: quería, necesitaba tocarla, pero el miedo de hacerlo y volver a ver algo cómo antes la echó para atrás. Claro, hasta que asumió que si la tocaba por encima de la tela de sus prendas no pasaría nada.

El confort que halló entre los brazos de la americana le dió un falso sentimiento de seguridad; ingenuamente asumió que quizás todo había acabado, que no sentiría más ansiedad, que no verías más cosas raras y que no tendría que sentir el, a este punto, asqueroso escalofrío que se negaba a abandonar sus experiencias.

Estaba tan equivocada.

( . . . )

No tuvo más visiones del pasado, pero los sueños definitivamente persistieron. Era agobiante, enloquecedor: soñaba algo, pasaba, tenía un déjà vu, volvía a ocurrir dos veces más, recordaba todo y luego ¡poof! Desaparecía. Sucedía una y otra vez, era como estar atrapada en el día de la marmota.

Gaunt pensó que no podía ponerse peor, no podía estar más equivocada si lo intentara.

Aquello no se limitaba a tocar personas o tener sueños, no, ¡también se activaba con objetos! Cosa que Maisie descubrió cuando en una visita en el departamento de Gwen tocó una lámpara y tuvo una visión dónde la misma se caía y se rompía. Cosa que claramente aún no había pasado, porque la lámpara estaba en perfecto estado y yacía frente a ella.

No le prestó mucha importancia hasta unos días más tarde, cuando, nuevamente visitando a Gwen se dió cuenta que esa misma lámpara ya no estaba.

— Eleanor… Tenías una lámpara aquí, ¿no?

— ¿Qué? Ah, eso. Sí, hace unos días la empuje por accidente y se rompió. - Las palabras de Gwen eran pronunciadas en un tono indiferente, completamente ajena a lo que eso significaba para Maisie.

No pudo más, se largó del lugar nada más escuchar eso.

— ¿Harlow? ¿Har- ¡Maisie! ¿Dónde vas? - Los llamados de Travers fueron ignorados, Gaunt estaba determinada a llegar a un lugar en especial. La rapidez con la que iba y la mirada de absoluta determinación podrían indicar que iba a hacer algo audaz… pero no. Maisie iba directo al único sitio que sabía guardaba las respuestas a sus incógnitas: la Biblioteca.

Solicitó todos los libros sobre clarividencia y visiones que habían, lo cual se presentó rápidamente como un problema: no había mucha información al respecto. No ahí, por lo menos, Gaunt cuestionó si había algún lugar al que ir por más información.

( . . . )

Al llegar nuevamente a casa, lo primero que Maisie hizo fue buscar a Terrence. En cuanto lo vió en la cocina, llevó una mano a su muñeca, intentando replicar aquel momento con Aspen. Pero… nada, no funcionó, lo único que ganó fue la preocupada mirada de su mejor amigo junto a una cara de absoluta extrañez.

— ¿Qué te pasa, Missie? ¿Estás bien?

— Quizás tengamos que hablar.

• Noches intranquilas, taquicardia y desesperación; es lo que Maisie ha estado viviendo. Preocupaba a las personas de su alrededor, sin embargo, ella no sabía que explicar, ¿había algo que explicar siquiera?



• Se valida el motivo por el cual Maisie siente una inmensa curiosidad por descubrir las respuestas a sus dudas.



• Su trabajo de auror tuvo una misión importante en USA, el atentado a las torres gemelas [evento de graduados], por ello, Maisie no dudó en ayudar en lo que fuera posible. El caos en América era evidente.



• Se encontraba del otro lado del océano, no podía desaprovechar lo que aquello significaba. Maisie se acercó a una biblioteca mágica y, gracias a su placa de auror, tuvo acceso sin mayor complicaciones. Horas revisando, buscando, analizando noticias. No le era difícil, estaba acosumbrada por su trabajo en el profeta.



• Se valida como Maisie se entera a detalle sobre la familia Goldstein, y como su deja vú se completa. Siente angustia de saber aquello, sobretodo por Aspen, ¿cómo reaccionaría?



• Lo anterior solo fue el principio de una necesidad por entender más. Al tiempo, Maisie comenzó a tocar personas con la esperanza de volver a sentir o "ver" algo. Al mismo tiempo, se sintió cohibida por un tiempo, alejándose de aquellos peligros que le hacían sentir que había algo especial en ella, aún cuando lo desconocía.



• Maisie descubrió que no solo le sucedía con personas, también con objetos. Tuvo un quiebre cuando, inesperadamente, otra cosa que vio se cumplió, la lámpara rompiéndose en casa de su amiga Gwen. Después de eso, no dudó en buscar cosas sobre clarividencia.

Come-información: La habilidad de Maisie por retener y buscar información es excepcional. La forma en la que logra sumergirse hasta encontrar una pista o una respuesta le servirá para varios ámbitos de su vida, esto le hará ver donde quizás otros no hubieran pensado. [Duración: permanente]

Deja vús: La angustia comienza a tener sentido, sin embargo, ¿cómo se lo explicarás al resto? sentirás miedo/confusión acerca de cuándo es bueno o no tocar a otra persona. [Duración: Un año on-rol]

¿Seer? Maisie es practicamente consciente de que posee un don, puede que no lo asimile del todo y se mantenga en negación, sin embargo, no dejará de seguir buscando más respuestas y soluciones a su desconocimiento. [Duración: a desarrollar]