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a rainy afternoon
chapter 1; the sound of the end.1:13 4:07 Despair usually has a sound, fear also has a lovely melody, usually played by a violin.
— Transilvania, Rumania; 1994,
two years before the disaster
En sus tiempos de ocio Rebecca solía pasar las tardes más lluviosas de Băneasa cerca del ventanal más grande que su vivienda poseía. Solo eran ella, el incesante goteo que golpeaba frívolamente el cristal, y los muchos brebajes humeantes que solía tomar para relajarse. Hubo una época en la que solo se sentaba en uno de los sillones aterciopelados mientras leía y, de vez en cuando, observaba como su jardín de gardenias y rosas se humedecian con el temporal. Pero no había libros suficientes en su pequeña biblioteca que pudiesen satisfacerla del todo por lo que, con aquellas ansías de aprender que fueron heredadas por su hija, comenzó a adiestrarse en el arte del violín; un instrumento que había guardado en las profundidades de su baúl, un regalo de su difunta abuela.
Y era, sin dudas, una maravillosa escapatoria hacía toda la violencia que surgía en su día a día. Rebecca podía soportar cuando a las siete de la tarde su marido regresaba perfumado con whisky y licor, reprochadole el por qué no estaba vestida de forma “apropiada” para recibirlo como una buena ama de casa. También podía aguantar los múltiples golpes que Elio le propiciaba cuando las cosas no salían como él quería; ya fuese que una camisa estuviera arrugada, o que la lasaña se hubiese quemado por debajo.
Esas cosas no importaban porque, cuando finalmente él se iba, solo quedaban ella, su violín, y la preciosa creación que había nacido de aquella relación caótica; su pequeña Hyacinth, de tan solo apenas 7 años. Ella era, sin duda alguna, la mejor espectadora para sus mini-shows vespertinos. Porque nada existía para ambas cuando Rebecca colocaba su mentón sobre la barbada del instrumento y la cerda de la vara encontraba consuelo con las cuerdas.
Hyacinth observaba aquello como si la metanoia de su madre fuese una transformación completa de oruga a mariposa; sus ojos cerrados, su corazón en llanto, acariciando las cuerdas con la misma pasión que acariciaba sus hebras en la nocturnidad, y emanando un sonido que era pura (desesperación) inspiración. Su tocada venía acompañada de la suave melodía que sus labios brindaban; un canto que si bien podía ser suave y dulce, también podía emanar desconsuelo, aflicción y la peor de las melancolías.
De alguna forma la sonoridad que producía estaba llena de dolor, como si con cada toque que Le vainqueur diera desgarrara una parte de su alma por completo. Pero Amren no era consciente de aquello, ella solo veía a su madre haciendo lo que más le apasionaba en esos tiempos; tocar el violín.
Pero aunque aquello le fascinara, las pesadillas y los dolores de cabeza comenzaban a consumir a Rebecca en su totalidad; fácilmente podía pasar días y días en la cama, intentando recuperarse luego de haber tenido aquellos sueños premonitorios que la hacían desfallecer del dolor. Esas tardes dejaron de existir, esos momentos de madre e hija en donde sólo florecía la sororidad entre ambas se fue perdiendo con el paso de las semanas, y el violín quedó atrapado en un sin fin de buenos recuerdos y polvo. Por eso mismo, a escondidas de su propia madre, Amren intentó practicar esa maestría de manera autónoma, cosa que le había durado poco y nada.
Esconderle algo a su mamá era como intentar caminar sobre un vidrio roto sin lastimarse; totalmente imposible. La rubia se anticipaba incluso sin quererlo, era su castigo, su condena, su clarividencia recorriendo cada parte de ella. Y al descubrir el cómo su hija ansiaba seguir sus pasos, vio la figura de lo que alguna vez fue; por lo que no tardó en ocupar esas mismas tardes lluviosas en enseñarle a su descendencia sobre la melodía del fin, porque sí ella no podía tocar, al menos podría enseñarle a Hyacinth, su pequeña flor, el como canalizarse así misma mediante la música y el canto; canciones que solo ellas sabían. Y solo con eso, le era suficiente.1996, turning point
Aturdida.
Así se sentía Hyacinth en el momento en el que su mirada viajó hacia la lengua inerte de su madre, ahora en el suelo. La alfombra carmesí se tiñó conforme la mujer llenaba las cuatro paredes de gritos; desesperados, entrecortados, inhumanos. Le habían arrancado algo esencial, pero ella ya había hecho su duelo con anterioridad.
Rebecca lo había visto, cuando su tercer ojo se abrió ante ella, la película autoprogramada de su destino comenzó a andar. Y aquellas escenas no solo mostraban el arrebato histérico de su esposo, sino también la pérdida de una parte de ella. Pero como bien había dicho antes, nada era seguro.
Una visión era como ver pequeños hilos dorados que tiraban constantemente de sí; ella tenía el poder, la opción, el deber, de tocar uno de ellos para que le mostrase una posibilidad a futuro. Y cuando llegaban a su cabeza y tomaban forma, Rebecca podía pasar días reverberando sus propios recuerdos, uniendo cabos sueltos, llenando sus lagunas de memoria con suposiciones que, como era de esperarse gracias a su don, eran verdaderas.
Quizás por eso era tildada como “loca”, solemnemente ella misma pensaba que lo estaba. Ella, Elio, y todo el pueblo acaudalado de la zona. No era raro que, de vez en cuando, Le vainqueur despertara gritando sobre haber visto ciertos hechos aterrorizantes en sus sueños, sombras vivas que amenazaban con acabar con la paz del pueblo. Incluso, ella había advertido 5 días antes sobre un tornado que podría dejar el centro devastado, pero nadie la oía, a ojos de los demás solo era una demente, una paciente psiquiatrica que solo estaba en libertad por el deber de esposa y el acto de educar a su hija.
Pero no. Amren no vió locura en aquellos orbes grisáceos que lloraban a mares; vio tristeza, vio miedo. E incluso podría llegar a agregar la palabra horror, porque cuando menos se lo esperó, detrás de las espaldas de su padre, la mirada de Le vanqueir se encontró con el pequeño cuerpo de Flamel envuelto en lagrimas y lluvia de tormenta aunque, a ese punto, no se podría diferenciar a que correspondía cada gota.
Hyacinth hubiese jurado que, a pesar de la lejanía, escuchó a su madre ahogar las últimas palabras en una sola frase, cuatro letras que, al notar como los espaldares de Elio se giraban bruscamente hacía la ventana de donde Amrene espiaba, comenzaron a cobrar todo el sentido del mundo.C-O-R-R-E.
Y eso hizo. Con tan solo un impermeable y unas botas viejas Flamel corrió como si su vida dependiese de ello, como si Elio, con tan solo verla, supiese que su propia hija sería su próxima víctima. Era, al fin y al cabo, el miedo que la imponente figura del hombre había generado en Amren tras años de ser espectadora y protagonista de sus maltratos.
No le importó que el vestido blanco que llevara abajo se estropeara, ni tampoco que sus pasos fueron dubitativamente hacía las profundidades del bosque de Băneasa pero, al mirar hacía atrás a su no tan querido hogar, recordó que su madre seguía ahí, sangrando, siendo acechada por un cazador que no iba a dejar a su presa viva. Pero confiaba, dios santo, Hyacinth anhelaba, que su mamá saliera por la puerta trasera a rastras y gritara por ayuda, ayuda que, gracias a su edad y poca habilidad para protegerla, no podría darle. Cuando la puerta de la casa se abrió y la figura frenética de Elio Flamel salió por la misma, Amren supo que no había lugar para dudar.
Y en aquella tarde lluviosa, Hyacinth se mezcló con la grava, la tierra y la brisa, y la tormenta no dudó en acompañarle durante su huída.s e e rHyacinth FlamelCephyr
permisos de mención No aplica.
intención de la historia- Validar que cada tarde lluviosa, madre e hija compartían un momento de paz juntas, esos mismos donde su padre estaba trabajando; esa parte del día sería la favorita de ambas mujeres, dandole un significado especial. Era sin dudas un espacio seguro donde se refugiaban de la violencia, y Rebecca aprovechaba esos días para leer y sentirse sin el constante miedo de tener a alguien asechándola.
- Validar que Rebecca comenzó a tocar el violín pero, al caer en la deteoriorización de su cuerpo gracias a las pesadillas que tenía gracias a su clarividencia dejó de tocar el mismo, enseñándole el instrumento a Hyacinth; dando a entender mediante la narración el conocimiento y la habilidad de la niña tocando el mismo violín que usaba su madre. junto a las mismas baladas que le cantaba.
- Validar la continuación de la última historia, el como la gente del pueblo consideraba a Rebecca Le vanqueuir como una mujer loca gracias a sus videncias.
- Validar el como Rebecca descubre a Hyacinth observando aquella escena horripilante en donde su progenitor le arrebataba la lengua. Notando las intenciones de Elio, como puede, la madre le indica que huya de ahí, pues su padre comenzaba a ser un peligro en potencia. Haciéndole caso a su madre, Amren huye hacía las profundidades del bosque de Băneasa, no sin antes mirar hacía atrás y notar como Elio veía hacía la dirección donde se dirigia.
- Obtención de pasivas que el equipo administrativo y el validador considere correspondientes a la historia y a las vivencias de Hyacinth.
links importantes© code by gwyneth
Edited by Cephyr - 28/4/2024, 22:23 -
.roleo válidoTu roleo ha sido evaluado y validado por el equipo administrativo de HLR. Dado que cada acción conlleva sus propias consecuencias, a continuación te presentamos las derivadas de ello.
✩ Concretando una cita con la respetable directora de Hogwarts, Minerva McGonagall [NPC], Adeline [Karube] logra entablar una amigable y sana conversación donde la mujer le comenta sus intenciones de aprender más sobre el tema de la Animagia para, quizás, en un futuro, intentarlo por sí misma.
✩ Luego de aclarar que las intenciones de la joven medimaga no eran para hacer uso de esa información de manera perjudicial ni malversada, el NPC de Minerva McGonagall obtiene el conocimiento adecuado sobre el interés de Adeline.
✩ Así mismo, gracias a su conversación con la mujer, Schnitzler obtiene en su totalidad toda la información que la Minerva le otorgó durante su charla, siendo esta la siguiente:SPOILER (click to view)→ Un animago es toda persona que a través de un proceso transfigurativo complejo logra convertirse, la mayoría de los casos incluso con relación al patronus, en su animal interior.
→ Todos tenemos rasgos que compartimos como los animales, y un animago demuestra, justamente, hasta qué punto tenemos dichas similitudes y actitudes con ellos.
→ Mucha gente no logra pasar siquiera la fase de preparación, una transfiguración como aquella conlleva cierto riesgo. De lograrlo, le dice que se registre inmediatamente ante el ministerio de magia para evitar problemas.
✩ Además de aquella información, Adeline recibe los siguientes consejos que deberá tener en cuenta para su futuro aprendizaje.SPOILER (click to view)→ Investigar personalmente sobre los animales.
→ Acudir a la librería Flourish y Blotts y comentarles que la directora de Hogwarts la envía (de querer validar esto, se puede adjuntar la resolución del roleo y una carta de la misma directora reafirmando aquello).Pasivas obtenidas
This is just the beginning: A raíz de la fructosa charla de ambas mujeres, Adeline Schnitzler [Karube] se sentirá más motivada a continuar sus investigaciones referidos a la animagia, incluso se sentiría incitada a introducirse en aquel mundo. [Duración: Permanente]
The Animal Inside Me: Los consejos de la directora hacían eco dentro del subconsciente de Adeline, en especial cuando mencionó que todos poseíamos similitudes con algún animal. Schnitzler solo podría preguntarse a sí misma; ¿Qué similitudes compartiré yo? ¿Qué clase de animal vive dentro de mí? Si Carina Collier fue una pantera en sus tiempos, ¿llegaré a ser una criatura tan majestuosa como ella? Por eso mismo, cada vez que la medimaga se encuentre con algún animal, tendrá las ansias de aprender o conocer algunas características respecto a este.[Duración: Permanente o a desarrollo del personaje]
A Wise Woman: Luego de su reunión, Adeline sentirá que ante cualquier duda con su investigación, podría acudir a Minerva Mcgonagall por ayuda o consejos, considerándola un ejemplo a seguir y una mujer totalmente adiestrada en la animagia, como bien era de público conocimiento. [Duración: Permanente]hogwarts legacy roleplay -
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Between Shadows and Premonitions
preface; daughter of chaos1:13 4:07 Being born between torments and disappointments, waking up between blows and premonitions
— Transilvania, Rumania; 1996
Las copas del Bosque de Băneasa ocultaban muchas cosas. Demasiadas.
Era un laberinto sin salida; no porque no hubiese una, sino porque había algo en aquel bosque que era hipnotizante; terroríficamente hermoso. Quizás era el pueblo que habitaba ahí, quizás eran aquellas reuniones festivas cada luna llena, en donde los fogones y el son de la música folklórica inundaba las almas de cada persona que participaba.
Hyacinth amaba verlas; zambullirse en aquel mundo de vestidos blancos y coronas de flores. Su propio secreto era huir de la cotidianidad de su hogar, de los continuos dias en blanco y negro, de los retos de su padre y los lamentos de su madre.
La pequeña escotilla ubicada en la pared lateral de su habitación era su salida. Sabía con plena claridad de que su madre sabía a donde iba; de alguna forma, Rebecca Le vainqueur, progenitora, tenía un don para saber dónde había ido. Parecía como si supiese de antaño que la joven iba a escaparse por la noche, como si sus caricias, su tacto, fuera la única cosa que necesitara para saberlo. Pero la más pequeña nunca se quejó del talento de su madre, le gustaba cuando, en silencio y sin ninguna explicación, aquella le ayudaba a llegar a la casa a escondidas de su padre abriendole la puerta trasera del hogar.
Pero la niña estaba harta de eso, de contar siempre con que los astros se alinearan, con que su padre se tome las dos copas de vino necesarias para que se duerma y no despierte. No era que le tuviese miedo, no. Pero a aquel vejestorio no le agradaba la gente del pueblo, comentaba que eran demasiado escandalosos, muy libres, en especial las mujeres. Y eso era lo malo, lo que tanto hacía que Hyacinth odiara a su progenitor, el hecho de que pensara que el género femenino sólo sirviera para pequeñas cosas, como si estuvieran configuradas solamente para complacer a ajenos. Su madre tampoco estaba de acuerdo con aquel pensamiento, pero jamás lo dijo; “Él nos cuida, nos da un hogar”. Y eso le parecía suficiente justificación como para abandonar su libertad.
Rebecca nunca la había pillado en sus escapes, pero esta vez fue hallada infraganti. La mujer no había ido a detenerla, para nada, sorprendentemente solo colocó sobre Hyacinth un abrigo impermeable.
— ¿Mamá? Estamos en verano, ¡nunca llueve en estás épocas! –
La mujer negó con la cabeza, terca. Y la pequeña, solo para complacerla, aceptó usar la prenda únicamente para satisfacer y tranquilizar la preocupación de su madre.
Fue la noche del solsticio, el día más largo y la oscuridad más corta. Si normalmente bailaban alrededor de la hoguera, esta vez las personas eran las llamas. No existía diferencia entre el fuego y los ciudadanos de blanco que danzaban, decorando con su gracia cada rincón del lugar. Se imaginó, por un instante, cómo se vería su madre si aquellas cadenas impuestas no le imposibilitaran ser parte de aquello. Se preguntaba cómo sería una sonrisa de ella; no de las que le daba cuando le hacía algún dibujo, tampoco de las que regalaba cuando Hyacinth acomodaba su habitación, sino una sonrisa de libertad, de esperanza.
Cuando la noche finalmente había caído sobre la arboleda de Băneasa, la lluvia también lo hizo. Las nubes grisáceas amenazaron al cielo y a las estrellas, les quitaron el bello protagonismo para comenzar a rociar con agua a cada persona que estuviera festejando el solsticio. Lo que parecían ser pequeñas e inofensivas gotas, terminó siendo un aguacero de viento y destrucción. Y cuando la hoguera se extinguió y las personas buscaban refugio bajo la tienda de los locales, Hyacinth supo que era hora de regresar.
No había caído en cuenta de que el cielo se derrumbaba hasta que vio su casa a lo lejos y notó que su madre había sabido sobre la tormenta que se avecinaba, y que por eso le había insistido en que se lleve aquel abrigo ocre que, en aquellos instantes, le abrigaba. Las dudas de Amren crecen, se expandian cada vez más ante estos pequeños descubrimientos que, desde hace antaño, había visto pero jamás sospechado; como aquella vez cuando Hya se había caído de la bicicleta, y Becca ya estaba preparada con vendas y alcohol.
Quería interrogarla, preguntarle cómo lo hacía o que al menos le explicara el porqué siempre terminaba sabiéndolo todo, aún si aquello no había sucedido todavía.
De pie en la puerta, esperó unos minutos, casi una hora. Su madre nunca fallaba, ella siempre estaba ahí, sabía a qué hora Amren volvía, ni muy temprano, ni muy de noche. Lo justo y seguro. Pero no había señales, no hasta que el estruendo de un vaso roto, destrozado contra el suelo, retumbó en las orejas de la pequeña. Un sonido detestable; lo asociaba a su padre, a sus enojos compulsivos.
La castaña asomó parte de su cabeza encapuchada sobre una de las ventanas que daba al hall de la casa; no es que no supiera sobre la extraña relación de sus padres, sobre los intercambios de insultos y palabras; esa era una de las principales excusas por las que Hyacinth prefería huir de aquel caos.
Una mano alzada, una mejilla colorada. Restos de licor bañando la alfombra y la televisión, el aparato tan viejo con el que su padre estaba obsesionado, encendida, mostrando lo que parecía ser una trifecta.
Ella no debía ver aquello, aún tenía que pensar que los moretones que encontraba en los brazos de Becca eran lo que ella decía; “pequeños accidentes con la alacena”. Pero creer algo y verlo eran dos cosas totalmente distintas. El pliegue abierto de la ventana le había dejado oír las voces a la perfección.
— ¡Dijiste que el blanco ganaría! ¡Llevo esperando esta carrera desde hace dos días, confíe en tus tontas predicciones!
La mujer no habló, sólo sostuvo su mano sobre aquella herida que parecía latirle el pómulo. Pero la niña lo notó, vio aquel atisbo de sonrisa que se asomaba sobre su labio. Y Erio también.
– ¿Te estás riendo, Rebecca? – Preguntó, con aquel tono saturado de alcohol, áspero. — ¡¿Lo hiciste a propósito?!
Esta vez no fue la mejilla de la fémina quien sufrió, sino su muñeca; la movió por todo el hall con la ira necesaria como para lastimarla, finalmente empujándola y haciéndola caer contra los muebles.
— ¿De qué me sirves si no puedes usar esa tonta habilidad tuya?
— Ya te lo dije, son posibles futuros, nada es cert…– Becca no pudo terminar de hablar, la amenaza de la varita que Erio asomaba de su chaqueta le bastó para callarse. Sus ojos, sin miedo aparente, continuaban fijados en la puerta trasera, esperando que su hija no fuera partícipe de esto.
Pero lo era. Ella no era consciente de Hyacinth observaba todo con horror, incapaz de moverse, gritar, congelada bajo la lluvia. Hasta que vio los labios de Erio moverse, él como tomaba la lengua de su amada madre, y pronunciaba con total crueldad…
– Sectumsempra – Y Rebecca silenció para siempre y, con ella, todas las respuestas que Hyacinth añoraba.
Pero Rebecca lo sabía, siempre lo supo, ella lo había visto en una de sus evidencias. Lo que su madre tenía no era un don, era una condena.s e e rHyacinth FlamelCephyr
permisos de mención No aplica.
intención de la historia- Ir desarrollando la historia del personaje y validar el hecho de que su clarividencia es herencia directa de su madre. Asi mismo, validar el hecho de que Hyacinth nació y creció en un hogar violento por obra de su padre, quien no solo abusaba fisica y mentalmente de la progenitora de Amren, sino que tambien le usaba para ganar dinero a costa de sus predicciones; por lo mismo Hyacinth no vería el don de su madre de una forma positiva, más bien, le parecia un castigo divino. Igualmente validar la perdida de la lengua de Le vainqueur a raiz de una de las tantas peleas que tuvo con Eros, progenitor del personaje, quien vio todo lo que ocurría tras la ventana (dichas peleas que ya eran costumbres para Amren) (A partir de ahora y en los siguientes capítulos Rebecca no podrá hablar). Por otro lado, también validar y fundamentar parte de la personalidad y el comportamiento de Flamel gracias a su infancia.
- Obtención de pasivas que el equipo administrativo y el validador considere correspondientes a la historia y a las vivencias de Hyacinth.
© code by gwyneth
Edited by Cephyr - 2/4/2024, 05:36 -
.Hyacinth A. Flamel ability diary — clairvoyancethe secrets of clairvoyant
Edited by Cephyr - 18/4/2024, 19:15 -
.Hyacinth Amren FlamelThey're burning all the witches,
even if you aren't one
So light me up
go ahead and light me up
— I Did Something Bad, TSabout her
She is the storm, she walks on glass and
feels the pain, like another companion.
personalidad Hyacinth podría llegar a considerarse como una persona de mal carácter, sarcástica e incluso, depende la persona, intimidante. Su apariencia siempre reflejó algo que ella nunca sería; sumisa ante los demás, dócil frente a las multitudes. Nunca logró ser buena al expresarse con sus palabras, por eso mismo, alguna vez su tono o sus comentarios suenan un tanto agresivos, aquello en realidad es producto de un mecanismo de defensa adoptado desde pequeña. Sin embargo, con sus amistades más cercanas, Flamel se presenta como una joven serena y amable, dispuesta a proteger a sus seres queridos incluso con su propia vida. A raíz de que nadie la cuidó como era debido en su infancia, es la misma Amren quien adopta una actitud protectora ante sus conocidos más preciados. Sin embargo, cualquier rastro de tranquilidad se borra instantáneamente como nota que una persona presenta una alteración para sus alrededores y su vida rutinaria, llegando a comportarse de manera brusca y caótica.
Por sobre todo, es ambiciosa, siempre esta en busca de nuevas experiencias que puedan enriquecer el conocimiento. “Saber es poder”, le habían dicho una vez, y ella estaba totalmente de acuerdo con esa afirmación. Tras todo su carácter, se esconde una joven insegura de su propia esencia y aspecto fisico. El no saber cómo comunicarse siempre le ha traído nada más ni nada menos que soledad, quizás por eso comenzó a plasmar cada parte de ella en lienzos; el arte y la lectura siempre fueron cosas que la ayudaron a prosperar en ese aspecto, es un lugar seguro, un refugio.
apariencia De cabellos castaños, rizados entre sí como una cascada que cae hasta sus espaldas, piel blanquecina, salpicada con algunas pecas que dibujan pequeños trazos suaves de marrón sobre su frente, nariz y mejilla. Sus ojos, por otro lado, completan la viva imagen de Hyacinth con un color verde-grisáceo. Estatura promedio a su edad, ni muy alta ni muy baja, pero encaja perfectamente con su fisonomía; delgada y con los atributos necesarios en cada rincón de ella.nicknameCephyrnombrehyacinth amren flamelnacimiento17 | 11 | 1987.nacionalidadRumana, (transilvania)gringottsedad14 añosgenéticabruja de sangre pura.hchclarividentecasa de hogwartsgryffindorcargo actualalumnaalineacióncaótica neutralhistorial breve de acciones1998ingreso a Hogwarts en II curso.1999obtención de hch (clarividente) - III curso.2000IV curso.pasivas permanentes de hyacinth flamel
✮ — En cualquier rincón: Si algo aprendiste y sabes hacer, es escapar. No hay espacio por el que no quepas, como si fueras un gatito. Tendrás la facilidad de escabullirte por cualquier lado y la capacidad de encontrar salidas que otros no hubieran podido ver sin tu ayuda.
✮ — Escape: Tocar el violín te transmite paz, serenidad, te remonta a aquellas tardes lluviosas donde nada ni nadie más que tú madre y tu importaban. Al tocar, el resto podrá sentir la melancolía de tus acordes.These burning flames, these crashing waves
Wash over me like a hurricane
I captivate, you're hypnotized
Feel powerful, but it's me again
Just call my name
I'm yours to tame
even if you think I'm chaosmadera de espino y núcleo de Fibra de Corazón
de dragón
( 30 cm | flexible )Fragmented Visions ﹙hidden pasts﹚cap. 0; between shadows and premonitions
story of a clairvoyant; daughter of chaos
Era un laberinto sin salida; no porque no hubiese una, sino porque había algo en aquel bosque que era hipnotizante; terroríficamente hermoso. Leer máscap. I; a rainy afternoon
the sound of the endbaúl de pertenencias
( clic aquí para abrir el excel )notas de e.x.t.a.s.i.s
materias troncales- Astronomía —
- DCAO —
- Encantamientos —
- Herbología —
- HDM —
- Pociones —
- Transfiguraciones —
materias optativas- Adivinación —
- Aritmancia —
- CCM —
- Estudios Muggles —
- Runas Antiguas —
so if you need to be mean
be mean to mecode by
gwyneth
Edited by Cephyr - 24/4/2024, 18:41